Esta semana estuve pensando en las cosas que queremos, en esas cosas que están dando vueltas y vueltas en nuestra cabeza y que a veces no nos animamos a hacer, decir, compara, usar, tocar, etc. porque se supone que racionalmente lo mejor es evitarlo.
Esta semana he escuchado gente decirme que le gustaría hacer tal o cual cosa pero no se anima porque no es correcto o no es lo que se espera que haga, he escuchado gente decir que va a hacer algo por el simple motivo de querer hacerlo aunque no exista una razón lógica ni aceptable y he escuchado gente que puede dejar a otros decidir aun en cosas de importancia y trascendencia en sus vidas. En todos esos caso siempre hubo algún pensamiento, complejo, miedo, dolor, prejuicio, etc. que limitó el ser feliz y hacer feliz a otros.
¿Por qué no podemos ser libres y hacer libres a los demás? Ser libres sin caer en el libertinaje, ¿estamos preparados para eso? Al final de cuentas, la vida es corta y hay que disfrutarla al máximo. Ser felices, hacer felices a los demás y estar en paz con nuestra conciencia y nuestro espíritu.